jueves, 7 de marzo de 2013

Ayudar.

Todo es precioso.

Llevo una frase conmigo mucho últimamente "haz a los demás lo que te gustaría que hiciesen por ti sin esperar nada a cambio". Es precioso, y siente genial. 

Te alegras de los buenos momentos de los demás sin más mínimo asomo de envidia o celos, disfrutas de las oportunidades de tus amigos intentando ayudarles a ser felices de alguna manera, y la felicidad de éstos, se te contagian y tu alma se llena de ternura por dentro.

Es hermoso, echarle una mano inmensa a un amigo, compañero, familiar... La satisfacción por esa persona y por uno mismo es enorme.

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